Historias de la familia |
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1895 – La emancipación de Carmen Llera
Ya hemos hablado en otras entradas del blog sobre Carmen Llera Gutiérrez (1878-1936), la madre de nuestras abuelas Dolores Ramón y Pilar Ramón. Más abajo he incluido esa parte del árbol para situarnos.

(1846 – 1906)
Carmen y su padre, Juan de Dios Llera y Alcázar, acudieron el 23 de Noviembre de 1897 al notario Joaquín Moreno Caballero con el fin de que Juan de Dios otorgara un curioso documento: la emancipación de su hija Carmen, que era entonces menor de edad al tener todavía 19 años. La mayoría de edad se debía alcanzar entonces a los 21 años.

En el documento Juan de Dios Llera declara:
Que atendiendo a la instrucción que tiene su hija Doña Carmen y demás cualidades de que se halla adornada, ha resuelto emanciparla y, llevándolo a efecto, otorgar: que renuncia a la patria potestad que hasta ahora ha tenido sobre la persona y bienes de su hija Doña Carmen Llera Gutiérrez y, en su consecuencia, se emancipa a la misma con la limitación que establece el artículo trescientos diez y siete del Código Civil; obligándose a no revocar esta emancipación en manera alguna y la que había de anotarse en el Registro Civil correspondiente al margen de la inscripción de nacimiento de la Doña Carmen, sin la que no podrá tener efecto contra terceros.
La doña Carmen Llera Gutiérrez acepta esta emancipación quedándole agradecida a su señor padre por el beneficio que le dispensa.
Al final del documento firman Carmen, su padre y los testigos:

En el documento no se explican las razones Juan de Dios para emancipar a su hija pero podemos sospecharlas: seguramente intentaban salvar las propiedades que hubiera Carmen Llera de su madre al morir ésta en 1895 antes los posibles embargos que pudiera sufrir la familia.
Sabemos que unos meses antes, en Junio de 1896, Juan de Dios Llera ya había sido embargado pero, además, el 26 de Noviembre de 1896 se publicó la detención de juan de Dios Llera, apenas unos días después de que concediera la emancipación a su hija. Seguramente, Juan de Dios se esperaba algo así e intentó desligar a su hija de cualquier peligro.


